Aunque estés profunda y cuerdamente enamorado de la verdad, las relaciones nunca son perfectas. Por supuesto que hay continuos desencuentros y falta de entendimiento, pero no por ello se te ocurre coquetear con la especulación, por muy bella y seductora que sea. A pesar de que a veces la verdad es áspera y esquiva, vale la pena esforzarse en entenderla y en mantenerte bien avenido con ella, respetando sus silencios, sin salir durante ellos corriendo hacia los brazos de cualquier bella fantasía que flirtea en tu mente. Porque sabes que ninguna hermosa especulación puede darte más que cortos periodos de placer y satisfacción, pero nunca tanta felicidad duradera como la verdad.