Quienes consideran que la crisis planetaria en curso no es tan preocupante como para llevarnos a un profundo colapso civilizatorio y a un serio riesgo como especie, no tienen mucha idea ni información acerca de cuestiones ecológicas, climáticas y energéticas.
Quienes consideran que, a pesar de la gravedad de esta crisis, tenemos aun la posibilidad de hacer cambios profundos para gestionarla de un modo medianamente equitativo que preserve una vida digna para la mayoría, no tienen mucha idea acerca de las posibilidades y principios que gobiernan la mente y el comportamiento humano.
Quienes consideran que todo lo anterior nos invita a la pasividad y la mera resignación, no tienen mucha idea de la diferencia que existe entre el valor de la esperanza y el valor de la coherencia, ni de la importancia que tiene cada pequeña reducción de sufrimiento que logramos en cada individuo.
A quienes consideran que soy yo quien no tiene mucha idea de lo que dice, me encantaría en verdad darles la razón, y para ello solo tenemos que ir viviendo los decenios venideros. La verdad es hija del tiempo.
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